Dr. Amilcar Huerta Perez

Director de la Facultad de Medicina de Tampico

Universidad Autónoma de Tamaulipas

Elección Agosto 1 de 1983 a Julio 31 1987

Reelección Agosto 1 a Julio 31 de 1991

 

El doctor Huerta describe sus experiencias primero como alumno en los sesentas, llegando de la preparatoria a aquella casona de la Avenida Hidalgo, de paredes ocre sin árboles y con un gran corredor hacia la principal avenida del puerto, y en el Hospital Civil Dr. Carlos Canseco en donde en salones habilitados, asistía a clases de Anatomía Descriptiva con el Dr. Asomoza en un sótano, clases de Fisiología con el Dr. Alfredo Gochicoa, mas adelante Farmacología con el Dr. Ridaura, “ El Rojo” como le decíamos entre nosotros, con sus exigencias e ironías realmente nos atemorizaba. Luego la fase clínica en el hospital. “Que buena época, no me cabe la menor duda”. En los tempranos veintes, con toda la energía y curiosidad de la juventud. Finalmente el examen profesional, ya en la casona de la Calle Colon y el inicio de otra fase, la de la competencia y el trabajo clínico en hospitales hasta alcanzar la meta de la especialidad.

 

            En los setentas, comienza la etapa de la docencia, primero con la idea de llevarla a cabo solo o en los ratos libres que me dejaría la practica profesional, privada e institucional, pero luego ocupando cada vez mas la atención y el gusto por enseñar a la manera de cumplir con un deber.

 

            Mas adelante en los ochentas paso de manera fortuita frente a mi la oportunidad de dirigir la escuela y así, un buen día, me sorprendí rodeado de los mejores colaboradores, Dr. Moreno Berthier, Salomón Marón Hatem, Gustavo Arenas Serna, en un primer frente y asesorado por otros de la talla de Luis Galindo Argüelles y Atenogenes  Saldivar González, ambos excelentes que han llegado a directores en tiempos mas recientes.

 

            En este aspecto dividiré mi experiencia como director en acciones: Académicas, Políticas, Materiales y Sociales.

 

            En lo Académico anotare completar los programas de cada una de las materias y además el consenso en reuniones de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Medicina que asi lo marcaban.

 

            Se dio cada ves mayor apoyo al Post-Grado, ampliándose a otras sedes como el Hospital General de Tampico, lo cual se facilitaba por el hecho de ocupar yo mismo la dirección de esa Unidad Hospitalaria que había iniciado sus funciones en Julio de 1981; posteriormente en los Hospitales General de C. Victoria e Infantil de Tamaulipas.  Así mismo con pretensiones optimistas se planearon acciones de investigación con las Tesis doctorales de los doctores Heron Mendoza y Francisco Javier Larios, lo cual en nuestra administración se logro solo en forma parcial, gestionando y consiguiendo algunos apoyos de CONACYT y de Rectoría.

 

            Se implemento además el Curso de Preparación para el Examen Nacional de Aspirantes a Especialidades Medicas, con buenas cuentas resultantes, pues aumento el numero de nuestros egresados con calificación aprobatoria.

 

            En lo Político podemos decir que se haya logrado modificar, pues recibimos una facultad tranquila, trabajando en lo suyo, con una plantilla de excelentes docentes y un alumnado que después de la inquietud de las elecciones de director volvió de inmediato a la calma.

 

            En lo Material tuvimos la oportunidad de gestionar y recibir importantes apoyos de Rectoría, del Programa Encargado de Construcción de Escuelas CAPCE-, algunos donativos particulares y aunado a los recursos generados por la propia escuela, nos permitió remodelar el área de dirección, remodelar y ampliar el área de Juntas, para sesiones del Consejo Técnico, ampliar y adquirir nuevo mobiliario para la biblioteca en donde se implemento un programa de adquisición de equipo de computo. Se planeo y se llevo a cabo el cambio de localización y rehabilitación integral del bioterio, modificando la estructura de jaulas y creando las áreas separadas para especies menores y medianas, así como la construcción de dos quirófanos equipados con lo indispensable para la Cirugía Experimental, utilizándolo para el Post-Grado, ciencias básicas y cursos con talleres prácticos para el desarrollo de destrezas y elaboración de preparaciones fisiológicas.

 

            Se rehabilitaron diferentes aulas y se creo el Aula de Enseñanza Objetiva con equipo audiovisual de la mas alta calidad en audio y video y a la que se impuso el nombre del Dr. Alberto Romo Caballero. Con la idea de prestar servicio a la comunidad  se implemento un Programa de Análisis Clínicos abriéndolo al publico en general y resultando de utilidad para exámenes de admisión para alumnos de nuestra y de otras facultades además con toma de muestras en Centros de Medicina Comunitaria de la Secretaria de Salud de nuestra ciudad.

 

            Se estableció convenio con la Organización Panamericana de la Salud incorporando nuestra escuela al programa de Libros Técnicos, equipos de diagnostico, estuches de disecciones y diferentes apoyos académicos a bajo costo y que se ponían a la venta en la Librería también de reciente creación en donde además de lo anterior se daba el servicio de copias.  Con la colaboración de los alumnos se creo la Osteoteca y se le asigno al Consejo Directivo una amplia área para oficina y Gimnasio.

 

            Nos regocijamos al celebrar con ella sus 40 años de fructífera existencia; en su desarrollo ha transitado por etapas muy diversas, con experiencias que ha sabido manejar y aprovechar.  Así, supo llorar  la muerte de su fundador, Dr. Alfredo E. Gochicoa, fue estremecida por las luchas por la Autonomía Universitaria, participo con apoyos al movimiento medico del 67, conoció y de alguna forma se involucro en el movimiento estudiantil del 68, fue golpeada por algunas huelgas y paros y resintió cambios y en ocasiones bruscos giros de las diversas corrientes políticas... Tembló, al tronar la voz de un Asomoza, se ruborizo con las frases subidas de color de un Ridaura; ... Pero también ha sonreído y se ha recreado con la voz apacible de un Ramos Valdiosera, de un Leobardo Castro, con la bondad de la Propedéutica de un Hernández Mota; ... Se ha maravillado con la sabiduría de Gerónimo González y Rojas Domínguez, se ha regocijado con las intervenciones de José L. Valdiosera y  Manuel Prom,... Se ha emocionado con las habilidades de un Sierra Flores y de un Juan Vela y ha disfrutado enormemente la calidad de un Romo Caballero y Fernández Viñas.

 

            Ahora con la madurez de los 50 se ha tornado elegante con clase y un tanto presumida y orgullosa, quizá porque ha desarrollado una personalidad y un prestigio, que a la manera de un monumento colosal es sostenido por tres grandes columnas cuya resistencia y fortaleza la harán inquebrantable e indestructible cualquiera que sea la amenaza, estas columnas están conformadas por el idealismo y aplicación de sus alumnos, por la sabiduría y responsabilidad de sus maestros y por la conducta y conquistas de sus egresados.